Mi pasión por la integración del trauma colectivo comenzó con mi propia experiencia. A través de ser una mestiza mexicana, de piel morena y orígenes mixtos, mitad indígena, mitad española, heredé un sentido de derrota que inicialmente pensé era personal, y que a través de un profundo y largo proceso de sanación, me reveló su naturaleza colectiva. Pasé de no poder hablar delante de 8 personas, a poder hablar con miles de personas, y poder hacer una profunda diferencia en la vida de los demás, tanto en mi país como en muchos otros. Actualmente apoyo a individuos, parejas, grupos y comunidades para que encuentren un profundo amor dentro de sí mismos, se transformen y florezcan. 

Me inspira la visión de que los demás no tienen que atravesar por el mismo camino que yo emprendí, que fue largo y arduo, para convertirse en lo que realmente son: pueden beneficiarse de lo que yo aprendí, y tener un camino mucho más suave y una compañía profundamente compasiva y cálida en este desafiante viaje de sanación de heridas que ni siquiera sabíamos que teníamos. 

En mi propio camino no dejé ninguna piedra sin remover: me forme desde enfoques más cognitivos como la terapia narrativa y la terapia familiar sistémica, las teorías del caos y la complejidad, pasando por trabajo más somático-integrador como terapia de trauma, terapia de danza y movimiento, hipnoterapia hasta las prácticas espirituales basadas en la conexión de nuestro corazón, cuerpo y entorno, con la Luz que sostiene la vida en nuestro planeta. He concentrado la experiencia y los dones que cada uno de estos recursos aporta, y en el caldero de mi propio cuerpo, emociones, mente y alma, he permitido que el principio auto-organizador de la vida los entreteja en esta práctica sanadora que amo, y que se ajusta a medida que me sintonizo con la persona o grupo de personas con las que me relaciono.

Mi vida es una expresión de mi corazón, mi alegría y mi valentía. Si quieres eso para ti, tu relación o un colectivo del que formes parte, bienvenido al viaje.